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Cinco increíbles trucos ancestrales con aceite de oliva que puedes utilizar en la actualidad

El prensado de aceitunas para hacer aceite de oliva se remonta al año 6000 a.C. En la época de la Grecia clásica, cuando el aceite de oliva ya se consideraba uno de los bienes más preciados que se producían y comercializaban en todo el Mediterráneo, Homero escribió sobre él como «oro líquido» e Hipócrates lo llamó «el gran sanador». Esa alta estima ha perdurado desde los tiempos del Antiguo Testamento hasta nuestros días. En nuestra época, es sorprendente la cantidad de cosas para las que utilizamos el aceite de oliva. 

Por supuesto, es muy agradable rociarlo sobre una ensalada o cualquier plato cocinado, pero viajemos en el tiempo para descubrir cinco fascinantes usos ancestrales del aceite que siguen funcionando.

1. Una bebida para tener una vida más longeva 

La venerable práctica entre los olivicultores de beber aceite de oliva todas las mañanas, en la firme creencia de que fomenta la longevidad persiste hasta hoy entre muchos residentes de la región mediterránea y de todo el mundo, tal y como sostiene un artículo publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina en 2020.

Lo habitual es beber cada mañana un cuarto de taza de aceite de oliva virgen extra, seguido de un vaso pequeño de agua caliente con zumo de limón recién exprimido. Sus defensores insisten en que da al cuerpo un empujón para empezar el día, ya que el aceite de oliva y el zumo de limón desintoxican y limpian el cuerpo. El aceite de oliva es rico en ácidos grasos que favorecen la circulación sanguínea y eliminan el exceso de colesterol malo, mientras que el limón aporta excelentes vitaminas. Ese nutritivo chorro de aceite de oliva por la mañana también mantiene a raya las punzadas de hambre, por lo que incluso puede ayudarte a perder peso.

2. Un bálsamo para una piel más sana

En la antigua Roma, las aceitunas enteras se consumían habitualmente durante las comidas, pero al mismo tiempo, el aceite de oliva era venerado por sus aplicaciones médicas. Hipócrates, considerado el padre de la medicina occidental, enumeró no menos de 60 afecciones diferentes para las que el aceite de oliva era un tratamiento eficaz, desde dolencias de la piel, heridas y quemaduras, hasta problemas ginecológicos e infecciones de oído. Ahora sabemos que esto se debe a su contenido sustancial y natural de antioxidantes y otros agentes curativos como el hidroxitirosol y el peróxido.

3. Un jabón balsámico 

 El jabón, tal y como lo conocemos hoy en día, no se había inventado en la época romana, por lo que cuando la gente se bañaba, se frotaba el cuerpo con aceite de oliva y luego lo raspaba suavemente con un instrumento de metal llamado strigil, librándose así de la suciedad y la piel muerta. La piel quedaba suave, sedosa e hidratada. El aceite de oliva que utilizaban solía estar perfumado y se vertía en sus baños privados, no sólo para suavizar el cutis sino para relajar y rejuvenecer con sus agradables fragancias

El aceite de oliva sigue utilizándose de forma generalizada como limpiador natural, saludable e hipoalergénico, bueno para todos, desde los bebés hasta los adultos. Y, curiosamente, a los antiguos egipcios les gustaba el aceite de oliva como medio para mantener la fragancia de sus perfumes, que solían guardar en hermosos recipientes de alabastro o cristal.

4. Conserva los alimentos durante más tiempo

Hasta la llegada de los frigoríficos en la era moderna, era esencial comer sólo los alimentos de temporada, pero también tenía que haber un medio de conservar la abundancia de frutas y verduras en las épocas de cosecha. El aceite de oliva era hace años el método preferido para evitar que el oxígeno y los microorganismos llegaran a los alimentos, manteniendo la mayor parte de los nutrientes, vitaminas y sabores. 

El aceite de oliva sigue siendo una forma excelente de dar más vida a algunas cosechas del jardín, como los tomates secos, las alcachofas pequeñas, los pimientos dulces, las berenjenas, las setas, el queso de cabra y la albahaca. El aceite de oliva puro también puede mantener el atún, las sardinas, el chorizo o incluso carnes como el lomo de cerdo seguras y deliciosas durante mucho tiempo.

5. Una preparación esencial para los atletas

Y ahora viajamos de nuevo a la antigua Grecia, cuna de los Juegos Olímpicos, cuando el uso terapéutico del aceite de oliva ya estaba bien reconocido. Según una investigación publicada en Archives of Medical Science, ya en el siglo VIII a.C. los atletas, especialmente los luchadores, se preparaban físicamente con masajes corporales de fricción profunda con aceite de oliva. 

Se afirma que los atenienses dominaban esta técnica como medio no sólo para calentar los músculos, sino también para mejorar el rendimiento, ya que contribuía a mejorar el flujo sanguíneo y la flexibilidad, al tiempo que mantenía la elasticidad de la piel. Otro masaje con aceite de oliva después del ejercicio ayudaba a eliminar rápidamente el ácido láctico acumulado y daba lugar a una rápida recuperación de las tensiones y las lesiones. Algo que hay que tener en cuenta sea cual sea la forma de ejercicio físico que se elija.