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Las cuatro propiedades beneficiosas que te aporta el aceite de oliva

Somos lo que comemos

Un sinfín de personas se aferran a este proverbio a lo largo de su vida, sabiendo que pueden perjudicarse con tentempiés sabrosos pero no nutritivos y, al mismo tiempo, beneficiarse con una mejor elección de alimentos. La buena alimentación es, por supuesto, esencial para nuestra salud en general, ya que proporciona energía, regula todo el sistema corporal y a menudo previene las enfermedades. Es una lección universal que trasciende en todas las culturas. 

Lo que disuade a muchas personas de la comida sana es que la consideran insípida y cara, y consideran el cambio a una alimentación sana como algo drástico, sabio y quizás, innecesario. Por ello, hacen caso omiso de la sabiduría de «somos lo que comemos», se mantienen al margen y siguen picando. No tiene por qué ser así.

Cómo hacer que comer sano sea fácil

El cambio a una alimentación más sana puede imaginarse y aceptarse más fácilmente como una serie de pequeños pasos, pero la mejora del bienestar físico puede ser espectacular.

En Deoleo, por ejemplo, contamos con los mejores aceites de oliva virgen extra. Hay múltiples opciones entre los aceites que puedes elegir, refinado, para cocinar, etc. Pero el aceite de oliva, extraído de forma natural de aceitunas cultivadas en condiciones óptimas y ambientalmente responsables, está considerado científicamente como una de las opciones más saludables. Sus incomparables beneficios para la salud, comparados incluso con otros aceites vegetales, deberían animarle a seguir disfrutando de sus platos favoritos sin desviarse radicalmente de su estilo de vida o de su gusto preferido. Veamos esos beneficios:

1. El aceite de oliva puede ayudar a reducir el colesterol

El Centro Nacional de Información Biotecnológica de Estados Unidos publicó en 2019 los diversos beneficios que tienen los componentes fenólicos del aceite de oliva para reducir el colesterol. El aceite de oliva es naturalmente libre de colesterol y no contiene sal. Además, contienen un 77% de ácidos grasos monoinsaturados, en particular en ácido oleico, que indica que puede ayudar a mantener los niveles normales de colesterol cuando se consume con moderación. De este modo, se protege del riesgo de desarrollar enfermedades derivadas del colesterol alto.

2. Una excelente fuente de antioxidantes

El aceite de oliva es una magnífica fuente de varios antioxidantes, que frenan e incluso impiden la actividad dañina de los «sustancias químicas» en nuestro organismo. Una cucharada de aceite de oliva aporta el 8% de la cantidad dietética recomendada internacionalmente de vitamina E, que interviene en la reducción del proceso de envejecimiento de las células. El aceite de oliva contiene incluso polifenoles, un antioxidante natural que no se encuentra en ningún otro aceite, y que puede proteger contra las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.

3. Un escudo contra las enfermedades cardiovasculares

El aceite de oliva tiene una mayor cantidad de ácidos grasos monoinsaturados (AGM) que otros aceites vegetales. Los AGMI son una grasa saludable de origen vegetal que también se encuentra en los frutos secos, aguacate y chocolate negro y que ayuda a mantener los niveles normales de colesterol, ya que sustituye a las grasas saturadas en la dieta. También pueden ayudar a fortalecer los vasos sanguíneos, proteger contra el Alzheimer, reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y proporcionar nutrientes para ayudar a reforzar las células del cuerpo. 

Tal y como lo sustenta la última investigación realizada por el Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (IMIBIC), la Universidad de Córdoba y el Hospital Universitario Reina Sofía en un estudio comparativo del efecto sobre el endotelio -las paredes que recubren las arterias- de dos patrones dietéticos saludables diferentes en 1002 pacientes que habían sufrido previamente un infarto agudo de miocardio. Un estudio donde se observó la evolución de pacientes que consumían aceite de oliva y los que no durante un año.

4. Combatir la diabetes

Según la Federación Internacional de Diabetes, en 2019 aproximadamente 463 millones de adultos (20-79 años) vivían con diabetes; en 2045 esta cifra aumentará a 700 millones. Por lo tanto, es fundamental destacar cómo la abundancia de antioxidantes del aceite de oliva ayuda a reducir los efectos del estrés oxidativo que sufren los diabéticos debido a los altos niveles de azúcar en sangre. 

De este modo, el aceite de oliva reduce el riesgo de complicaciones de la diabetes, así como las lesiones neurológicas causadas por la diabetes (neuropatía diabética) y la neuropatía de la retina. Y el oleocantal, un compuesto fenólico natural presente en el aceite de oliva virgen extra actúa como agente antiinflamatorio. La inflamación es otro de los precursores de muchas enfermedades, incluida la forma crónica que provoca la diabetes, como analizó en 2019 la revista oficial de la Sociedad Española de Arteriosclerosis con el uso de aceite de oliva en pacientes diabéticos con mal control de la enfermedad. 

Teniendo claros los beneficios de incluir el aceite de oliva en tu dieta, se debe tener en cuenta de que el aceite de oliva es extremadamente versátil en la cocina. Está preparado para alcanzar temperaturas de hasta 468°F / 242°C, además de poder utilizarlo recién sacado de la botella y a temperatura ambiente, lo que hace que cualquier ensalada sea deliciosa. 

Sea cual sea la forma de utilizarlo es, sin duda, la mejor opción para tu salud y la de tu familia, y así garantizar que las comidas sean nutritivas además de sabrosas. Olvídate de cambios significativos en tu estilo de vida: El cambio al aceite de oliva es fácil y merece la pena.