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Los bioquímicos identifican la capacidad del aceite de oliva para proteger de la diabetes y ayudar a perder peso  

En todo el mundo, el 9,3% de los adultos tiene diabetes y 800 millones de personas padecen obesidad. Nuevas pruebas científicas demuestran que el consumo de aceite de oliva puede ayudar a perder peso y a controlar la diabetes.

Con el aumento de la diabetes y la obesidad a escala mundial, es una noticia alentadora que un equipo de investigación del Instituto Politécnico y la Universidad Estatal de Virginia, en Estados Unidos, haya determinado por primera vez exactamente por qué el aceite de oliva parece ser la forma más barata de evitar la diabetes y la pérdida insana de masa corporal. Los científicos de Virginia Tech descubrieron que la oleuropeína -uno de los compuestos componentes naturales del aceite de oliva- potencia la secreción de insulina, que controla el metabolismo y los niveles de azúcar en sangre.   

Así, según datos de 2017 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los países con mayores porcentajes de población con sobrepeso u obesidad están en Estados Unidos, Chile y México a la cabeza, los tres superando el 70%. Por otro lado, los países mejor posicionados se encuentran en Asia, concretamente en Corea del Sur y Japón. Los datos también muestran que, salvo en Estados Unidos e Israel, es en Europa donde la proporción de personas que admiten tener sobrepeso se acerca más a la cifra real.  

Esta grave situación es similar en todo el mundo con las personas que padecen diabetes. A día de hoy, el 9,3% de los adultos de entre 20 y 79 años tienen diabetes, una cifra abrumadora de 463 millones de personas. Además, 1,1 millones de niños menores de 20 años viven con diabetes de tipo 1. Así pues, estos hallazgos llegan en un momento crucial en la creciente batalla del país contra las enfermedades no transmisibles.  

«Nuestro trabajo aporta nuevos conocimientos mecánicos sobre la antigua cuestión de por qué los productos del olivo pueden ser antidiabéticos», afirma el Dr. Bin Xu, profesor adjunto de Virginia Tech. «Creemos que repercutirá en el público para que preste más atención a los productos de la aceituna a la luz de la actual epidemia de diabetes».  

El último estudio, publicado en la revista Biochemistry de la Sociedad Americana de Química, afirma que la oleuropeína -un tipo de compuesto fenólico y amargo que se encuentra en las aceitunas- ayuda al organismo a segregar más insulina, lo que permite a las células convertir el azúcar en energía con mayor facilidad, en lugar de utilizarla de forma más derrochadora y perjudicial. La insulina actúa como una molécula de señalización para que el cuerpo controle el metabolismo. Hace más difícil que el cuerpo almacene grasa, evitando así el aumento de peso. La oleuropeína también inhibe la citotoxicidad inducida por la amilina, una molécula perjudicial que se encuentra en las personas con diabetes de tipo 2.   

Por supuesto, el aceite de oliva se ha considerado durante siglos un factor dietético clave para la salud general y la longevidad, y ahora la ciencia moderna está explicando los factores bioquímicos exactos implicados. Ahora podemos entender con mayor claridad por qué las personas que podrían estar en riesgo de padecer diabetes u obesidad pueden evitar graves riesgos para la salud. El aceite de oliva debería formar parte de su dieta.

«Siempre hemos sabido que el aceite de oliva presenta muchos beneficios para la salud y la nutrición», dice Anna Cane, . «Pero que un estudio de este calibre identifique el compuesto activo exacto del aceite de oliva que puede ayudar a prevenir tanto la diabetes como el aumento de peso es un conocimiento que esperamos ayude a nuestros clientes a llevar una vida más sana».